Harry Potter y el Avellano

Teniendo un huerto, no es necesario saber en qué mes estamos para adivinar la llegada de una nueva estación. Nada más significativo que el hecho de que comenzaron a caer los frutos del Avellano que tenemos, para saber que había llegado el otoño. El Avellano es un árbol que ya estaba allí cuando nosotros llegamos, y al que le hemos tenido siempre un especial cariño, ya que este invierno sufrió un accidente con un caballo mal atado y perdió parte de sus ramas. Por tanto, nos alegramos mucho de que haya ido mejorando poco a poco y nos haya podido dar una cosecha humilde, pero muy rica, de Avellanas.

Las Avellanas son uno de los frutos secos más antiguos. Se sabe que se consumían en el Neolítico, porque se han encontrado dibujos y restos de cáscaras en las cuevas. Posteriormente, los Griegos se lo llevaron a Grecia y de ahí se extendió a otros países. A España llegó en el siglo XIX. La Avellana es un fruto del que se aprovecha casi todo: las cáscaras se utilizan como combustible; las hojas dan de comer al ganado y la corteza y las hojas las utilizan en los laboratorios para fabricar coagulantes.

Las avellanas constituyen un alimento sano y muy práctico que se consume sin precisar grandes preparaciones culinarias y es un excelente complemento en pastelería. También es uno de los principales ingredientes para elaborar cremas untables de cacao ( sin decir marcas, todos pensamos en alguna).

La corteza, hojas y fruto son utilizados en medicina natural para :

Secar heridas

Eliminar la fiebre

Anticancerígeno

Antihemorroidal

Disminuir varices

Reductor del exceso de sudoración

 Nutrición

Ayuda a la buena formación del feto durante el embarazo

Reduce el Colesterol

Elimina la Anemia

Disminuye  el Estrés

Mejora la leche de la Lactancia

Ayuda al Crecimiento

Combate la cirrosis hepática

Protege los dientes y huesos ( ayudando a evitar la osteoporosis y la descalcificación)

La cáscara de la avellana, cocida y tomada en tisana es muy recomendable para evitar las retenciones de líquidos.

 Su consumo es recomendable para edades comprendidas entre los 6 a 100 años.

La madera del Avellano es poco resistente pero muy dúctil, por lo que suele utilizarse en cestería. También es un material idóneo para la realización de varitas mágicas.



Hermionde con su varita de Avellano en Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte

Una leyenda catalana (Dones d'aigua) cuenta cómo las Hadas y ninfas que viven en el agua dulce, están pertrechadas con varitas de madera de avellano, porque son las únicas que deben usarse para realizar hechizos y magias. Por tanto, no es de extrañar que Joanne Rowling, autora de los libros de Harry Potter, concediera a uno de sus personajes ( concretamente a Hermionde) la varita de Avellano, aunque posteriormente en el cine se la cambiaran por una de vid.